lunes, 4 de junio de 2012

La teoría - La invasión

Mantengamos distancia.
Tratame mal, porque si me tratás bien no te voy a querer.
Me siento invadida en microsegundos, así que respetemos espacios.

Yo acá, vos en China. Así funcionamos de maravilla.
Aunque, claro, es mentira, porque si vas a China, voy a querer ir con vos, pero si venís para acá, me voy a Júpiter. No sé si me explico.

Por lo cual... no sé... hagamos mitad y mitad.
Lo seguro es que si invadís de una, se baja la persiana y no se sube más. Mis defensas son altísimas.
¿Pero qué pasa cuando vos sos el que provoca la invasión? Yo suelo hacerlo, abro las puertas de mi vida, de mi casa, de mi alma, entrego mi confianza sin reparos.

El tema es que cuando ponés un pie, me invadiste, me irritás, me ahogás, me quedo sin aire, te echo. No hay mucha vuelta.
Quizás es una forma de evaluar. Si abro mi mundo y entrás, estás afuera. Si te abro mi mundo, y lo mirás de lejos, lo rodeás, lo observás, te acercás, te alejás, estás pero no estás, es seguro que permanezcas. Y es seguro que me copes. Estar pero no estar es la mejor manera de mantenerme cerca. Quizás sea por eso que me gusta y me llevo bien con la gente precavida, que no te abre su mundo fácil. Quizás sea por eso que me atraen las personas "herméticas".

A veces yo soy la invasora. Cuando estás en China, voy a querer ir a China. Trato de controlarlo. Trato... no siempre lo logro.

No es solo histeria, supongo que también es miedo. No hablo de hombres, hablo en general. Pasa con la amistad, con la familia, con todas las relaciones. Me pasa.

La invasión es algo que me quita energía, me saca el aire, literal. Me es tan intolerable que no me soporto ni yo.
Convivo con ella a diario, en muchas relaciones. Relaciones que minuto a minuto me replanteo, porque algunas son tan primitivas que es difícil cortarlas.
Hablo de invasiones simbólicas. Bueno... simbólicas y algunas no tanto.

La última vez que le abrí mi mundo a alguien, se metió en todos los espacios de mi vida. Cuando digo todos, son todos. Desde mis amigos, hasta mi cama, pasando por mi cabeza, y mi integridad. Me descompuso, me partió en mil pedazos, me arrasó me destruyó a tal punto que me cuesta aún recomponerme.

Y no dejo de pensar "no me invadas. No lo hagas. Respetame. Respetate. No juegues así. Cuidá tu espacio, disfrutalo, palpalo, sentilo, amalo, vivilo, apropiate de él. Es tuyo, de nadie más".

Yo peleo todos los días por el mio y no voy parar de luchar conmigo misma nunca por tenerlo. Por mí... y por no usurpar el de otros.


La teoría se vuelve confusión, y yo siempre fui siempre lo que fui, Ya sabes no pierdas tiempo ya podes seguir.